Si el Che viviera lucharía contra la precarización laboral, lucharía por el socialismo
Ahora el Che en la remera, ahora el Che en el póster. Como desde hace décadas el mercado intenta cosificarlo, mercantilizarlo. Ahora desde hace poco también en los discursos de la presidenta de gira por Angola, ubicándolo erróneamente en un frente que Guevara no conoció. El Che peleó en el Congo, no en Angola. Pero los detalles historiográficos son lo de menos. ¿Qué hace el Che en boca de la primera mandataria de gira con empresarios por el continente africano? ¿Es una nueva forma del póster, de la remera?
En ese discurso del 18/5 la presidenta reafirma la necesidad de una “segunda independencia” que posibilite el trabajo digno, de la necesaria e inteligente articulación entre el mercado y el estado. Sin embargo, omite señalar al opresor del que los pueblos deben independizarse. Tal vez en aquella independencia ajena a la lucha de clases de la que habló en Angola podamos erradicar el trabajo precario que hoy alcanza al 37% de la población activa, quizá en esa independencia no haya un estado que dé trabajo en negro, quizá en esa independencia no haya burocracias sindicales que asfixien todo intento de democracia en las organizaciones de trabajadores a través de sus aparatos, a través de sus matones, quizá no existan la desocupación que hoy asciende al 7%, quizá el mango alcance. Es posible que en esa segunda independencia el trabajo sea digno, pero qué poco probable es la dignidad si no se señala que el enemigo del trabajador sigue siendo aquel que lo explota, a la criolla o en inglés. El capital puede vestir los colores patrios o barras y estrellas que su lógica sigue siendo la misma, y si eso no se señala, si no es claro, prevalecerá la idea que a los trabajadores nos conviene un proyecto de sociedad y un “modelo” que privilegia a los mismos que se quedan con la mayor porción del pastel.
En “Qué debe ser un joven comunista” el Che decía que hay que “ser tan humano como para abordar lo mejor del hombre; purificar lo mejor del hombre por medio de trabajo”. Es claro que el trabajo sin condiciones dignas, enajenado material y simbólicamente, no es aquel por el que peleó Guevara. El trabajo para el Che debía ser un acto de creación, del cual los trabajadores pudiéramos sentirnos parte absolutamente porque los medios y los productos nos pertenecían. Si el Che viviera, lucharía por los trabajadores, no por los empresarios que buscan nuevos mercados acompañados de embajadores que recuerdan al Che como una remera, como un idealista, como un dato.
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